Los días 18 y 19 de noviembre, al menos en tres diócesis de nuestro país: Tulancingo, Córdoba y Tula se celebraron Ferias de Economía Solidaria, algunas de ellas ya consolidadas y en otros casos se trató de su primera experiencia.
Un Feria Solidaria en el encuentro de productores locales de hortalizas, semillas, artesanía, medicina tradicional, ropa típica, etc., que permite relacionar al productor con el consumidor sin pasar por los intermediarios. Estas experiencias se celebraron en marco de la Jornada Mundial por los Pobres, a la que el Papa Francisco nos ha invitado a considerar que:
“No pensemos sólo en los pobres como los destinatarios de una buena obra de voluntariado para hacer una vez a la semana, y menos aún de gestos improvisados de buena voluntad para tranquilizar la conciencia”.
Hacer comercio solidario y justo es promover otra forma de economía (administración de la casa), no se trata de “obras de buena voluntad”, sino del resultado de la organización de la iglesia para reconocer que el modelo económico que impera en el mundo no pretende el bien para todos, ni promueve la distribución de la riqueza.
Hay muchas formas de sembrar la solidaridad económica y de reconocer el trabajo de los empobrecidos, pero estas experiencias son una lección de organización, intercambio, participación y del esfuerzo que muchos agentes de pastoral, productores y consumidores ponen al servicio de la misma iglesia.
Felicitamos a las diócesis que van haciendo esfuerzos como este por atreverse a ir contracorriente pero siempre acorde a la construcción del Reino. Desde la dimensión de pastoral del trabajo de la CEPS, les animamos a seguir haciendo posible otro mundo y les convocamos a generar estrategias juntos que puedan ser replicables en todo el país, de tal forma que logremos construir una RED de esfuerzos para que la solidaridad económica sea el común de nuestras acciones.
Dimensión de Pastoral del Trabajo.